1.10.10

Cultivo

Es tan extraño, tan fascinante, tan hermoso. Me gusta el caminar. Pero no tengo palabras. Y quizás fueron los deseos que nacieron y (no) murieron al esperar. Y mi impaciencia, mis ideas, mi silencio y el tuyo. Pero fue instantáneo y lento a la vez. Y quizás tendría que haber hecho algo que sí, y algo que no; terminando en un pasillo no muy extenso. Pero mantenés los ojos, y eso está bueno. Algún día, quizás un viernes por la tarde, cuando se mueren los soles y reinan las nubes y luces estrambóticas y se coordina con los pasos, los latidos, las palabras, las manos, los brazos, el cuerpo, la boca, los pensamientos; te vas a dar cuenta de eso. De lo lindo, de la belleza que se irradia cuando la gente nos mira. Ser así, como yo quiero. Y nunca vas a ser así, porque sos asá, y eso no lo... no se puede cambiar. Pero me gusta todo eso, me gusta la irreversibilidad, la elocuencia, la casa, el ruido, la charla entre paredes y los ojos. Y vos.
Y lo que más me gusta..., lo que más me gusta... es que sos irresistiblemente impredecible.

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