Te estoy dando un ultimátum.
Lo que ves y deseás
está acá, en frente tuyo.
La manos húmedas
retorcés
Me causás molestias,
sabé disculpar.
Servilletas
escritas
poemas
inalcanzables.
La luz, un ángulo
tu perfil casi enloquecido
Y ojos,
miradas.
Siempre supiste responderme
en el momento justo.
Las horas,
provocás excusas
Parlamento
Estatuas.
Ay, cuánto silencio.
Perdoname,
te pido
caramelos
en dulzura
bien tuya;
pero en cambio,
a cambio
me das palabras-quejas
me das un firmamento
de uñas carcomidas
de hechos sobre la mesa
sin sal,
pero nervioso
tu perfil agonizante,
la vela que se cose
y se descose
Tu mentón firme
príncipe ocupado.
La molestia
La calma posterior
(cuán posterior)
El futuro del hombre
las razones
los símbolos
Preámbulo de ciencia
que yo destrocé
desmenucé;
y te busqué entre la pulpa.
Resbalo
ahora mis manos húmedas
sangre que vertiste en ellas
y sal
con sal.
Diarios que no explican,
que no nos dicen nada:
Por qué el mundo
está tan callado
tras persianas oculares.
Lo que alguna vez fue caleidoscopios
ahora hay sed,
mejillas blancas,
la eterna agonía,
tu boca cerrada.
Todo lo que ves y deseás
está acá, en frente tuyo.
Y no soy yo.
No soy yo.
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