8.8.13

Evan Malloy

En un principio la idea fue 2005
cuando El Pelado no nos llamó nunca más
y yo me vendí a una secta de fumadores pseudo sabios
Y qué carajo hacíamos ahí
o qué vivencias sacaríamos
más que una Mariel obnubilada
que se sacaba el sombrero.

En un 2009 lleno de modificaciones
y un pie en el ahora.
Me transformé en algo
que todavía no sé manipular.

Me debo a una excepción a la regla
a una etiqueta llena de pelusas azules en la parte adhesiva.
Y soy como una tumba para gato.

Y también está mi aventura
de dejar marcas.
Siendo mi ser, dejar una marca.

Así:
Metro cincuenta y tres,
cuarenta kilogramos
cejas prolijas
ojos grandes
nariz adecuada
dientes de roedor
orejas de primate
manos de anciano
pechos pequeños
ropa grande
y el pelo corto;
así y todo a veces me veo too damn cute.

Y te conozco a vos, a ella, a centenares de personas
mientras el tiempo transcurra y yo me escabulla
Los conozco y ahí estoy,
haciendo todo eso que hago
y que a muchos les gusta
y yo me siento feliz con poco
Los conozco y ahí estuve.
Haciendo mi mejor esfuerzo natural
por dejar una marca
así sea con fuego
o con hielo.
Así se borre con el tiempo
así yo no sea nada importante
y en verdad sea invisible para la mayoría,
existo.

Pero siempre mi cuerpo diminuto
duerme solo
in nobody's arms.
Y la marca me la hago yo misma
como para asegurarme de que al menos yo
no me voy a olvidar de mi existencia
y me quiero mucho
y lloro un poquito
y dejo una marca de sal
y sueño con un futuro de azúcar.

No me dejen desaparecer.

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