26.12.12

Calesita


Él inspira y fluye
derramando saber sin hablar.
Está todo condensado en la neurona,
el poder inequívoco del genio.

Inspira y fluye,
su torpeza es la razón,
la incoherencia en la lógica
y la paradoja sensorial,

todo se visualiza
en la lluvia que se es,
que a uno lo compone
con el amor
que se hace (y se deshace)
constantemente
al recitar
sílaba a palabra
el pensamiento como un mapa,
los hechos como heridas
que sanan gradualmente
con lo real
en lo irreal.

Si aquello no fue amor
y si lo fue,
si era egoísmo,
si era locura,
si se llamaba de alguna forma
y era cuestión de elegir.

Él inspira y fluye,
llega hasta mis pies
y si mi piel lo percibe
seré suya -o no, seré mía.
Puede ocurrir la entrega.

Él inspira y yo inhalo
todo lo que dice.
Miro el mundo a los ojos,
sonrío de costado,
y mientras guardo silencio
pienso que la asfixia
es la muerte
más exquisita.

(Versos al Universo de Horacio Oliveira,
y a París
y a sus seres
y al amor
y al desamor)

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