Y la luz se derramaba por un costado erróneo de la habitación.
Parpadeé dos veces en caso de fantasía,
en los lugares por los que ando en mi insomnio suelen ocurrir muchas
Pero la luz seguía flameando debajo del rincón de los estantes.
Apoyé la cabeza en la almohada.
Respiré profundo.
Olía a tinta china
Miles de recuerdos químicos y cosas que no conozco
Se abastecieron de mis últimos minutos de lucidez;
ya que pronto me hallaba en sueños, bajo un cielo violáceo y un campo de trigo.
Y no fue fácil correr al X-ING,
debido a que nunca se puede,
mi cuerpo liviano se elevó
Y entonces vi mis manos pasear entre los cultivos
regocijándose en el roce infinito
ante la suavidad
de las cosas que no existen.
Uno de mis ojos se apuró a observar
por el rincón curvo de la ventanilla,
esos puntos desprolijos en el vidrio
donde la imagen exterior se deforma,
provocando cataratas de los colores de las figuras
Que tal vez,
apenas se distinguen
Tras una superficie que los mismos años
Volvieron un arco iris sepia
Lleno de dibujos y recuerdos agridulces.
.