media centuria

Un minuto para ver, qué se siente cuando el cambio te hace bien. Cuando eso que vos quisiste alardear, no era tan así; la mentirita que hace que los demás se rían, o lloren o simplemente saquen a pasear esa vena tan curva que surge en las sienes junto con el enrojecimiento del rostro, de la cabeza entera. Quizás quisiste, maybe that was the point, vos sabés lo lindo que es la risa ajena a eso, en este caso, tu risa: el producto del paseo. Vos paseás también, sí. Tu caminar es seguro. Y sano. El cambio me hace bien, sin alardear, sin ofrecer nada.

Porque ahora todo es real.

Alimentar mis ideas con ese sol tan naranjamente encantador.

Si de alguna forma los peces se conectaran y se comunicaran entre sí,
Si de alguna forma, mis manos alcanzaran el sol y lo trajeran más cerca,
Mis huesos seguirían tan pegados a la hermosura del atardecer que se refleja en tus ojos como ahora.
Porque vos sonreís cuando yo miro el sol; y al poco tiempo me doy cuenta de qué bien se llevan los hermanos: porque es tu rostro el que quiero alcanzar y traer más cerca.
Para mirar más profundo y ver un océano con los peces más hermosamente coloridos.
Y me acerco más, se distinguen estrellas, el sentimiento se despabila, tu sonrisa como una canción apropiada y que los zorzales alimenten lo demás.
Porque es un atardecer y vos, el sol, Mi Sol, en un beso, que quizás fueron dos,
Y yo un arrecife, un lienzo sin pintar sobre un atril.
Listo,

Para vos.