30.10.12

Dos

            Momentos. Uno. Especial.
Un rostro, o dos, o mil. Un recuerdo.
         Abrazos nerviosos, frenéticos.
Momento. Escena. Valor. Sencillo.
             Colores lentos, fríos.
   
         Y en un beso, un momento, una palabra, una canción
               En un beso lento/apurado, suave/brutal;
                                     Me tiro encima tuyo.
     Y escarbo hasta encontrar
todo el amor que (creo) me escondés
pero rogás entregarme y no sabés cómo.
                                             Acá estoy.
            Quizás, si nos aislamos...
                  Por un momento. Uno. Especial.
                  Nuestros rostros en el instante.
                                            Yo te escucho.
                                             Empecemos.

26.10.12

Siluetas

¿Qué son las sonrisas que escondemos
tras persianas americanas?
Hay una orden musical.
El edificio se viene abajo.
Y ella es una sombra.

¿Qué son los parpadeos que prometen
algo posterior al sueño, al beso?
Hay pasos secretos y silenciosos.
La calle, el frío.
Desolación.
Ella es una sombra.

Soy ciudad en llamas.
Soy callejón sin salida.
Soy contenedor de basura.
Soy aerosol en comercios.

Prometo un existir,
un morir en la niebla.
Soledad-alcantarilla;
ella es una sombra,
me camina por la espalda
pavimento, sigilosa.
Me enfría las ideas
Nos desvanecemos juntas
Lejos, en el humo.
Ciudad-lágrima.
Soledad...
Soledad.

23.10.12

Plagio

Me encontré y me odio.
Me conozco demasiado y me odio.
Camino adentro de mi cabeza,
la sala de espera
de un consultorio
del que nunca
me llaman.
El ir y venir tantas veces por el pasillo
hace que me conozca más
y lo odio.
Reconozco cada recoveco
que guarda mugre en mí,
lo odio.
Podría identificar la esencia que
me compone,
mientras miro desesperado
el sitio que hallé,
percatándome
que es precisamente
dónde me encuentro.
Pero no lo voy a hacer,
lo odio.

Odio a ese que está ahí,
lo reconozco,
me está mirando en el espejo.
Y me dice
y le digo:
Te odio.
Morite.

21.10.12

Leyes

El genio
no es genio
si no caminó
por esos pagos
que al ser transitados
sucumben
en lo más infame
lo más nefasto
de la oscuridad.

El hombre
no es hombre
si no se fortalece
de lo que el genio ignora
porque ya es suyo.

El hombre
no es genio
sin su mismo genio
o con el de otro.

El genio
no es hombre
si existe
en una mente
que propone
y tironea
pero no corta.

El cuerpo
se abastece
de gestos
y el alma
los envía
a la superficie
como flechas
de bárbaros
a colonizadores.

No hay hombre
sin genio
sin cuerpo

y sin alma.

18.10.12

De Úrsula para mí, para vos, para nosotras:




…en seis días pueden pasar bocha de cosas. Y sí, si a los pocos minutos ya te largaste a llorar, ¿qué esperabas? Al carajo todo, nena, te vas a prender fuego de lo rápido que corre el hámster por esa ruedita adentro de tu cabeza. Yo no estudié nada, pero me doy cuenta. No estás deprimida, estás enojada, enojada con todo el mundo, se nota en tus nudillos saltantes y en los suspiros profundos que soltás para tragarte la catarsis. Es ese vacío que estás sintiendo, el encierro que venís arrastrando hace… ¿cuánto ya? ¿un mes, un poco más? ¿estás llevando la cuenta? Claro que sí. Tu memoria es impecable, no puedo creer la cantidad de cosas que resurgieron en este tiempo. Yo te entiendo, yo sé; a mí me hiciste sufrir con pibes que, la verdad, no valía la pena ninguno; error tras error. Y me encerré yo también, sí, me re cabió la rotonda y me quedé en el círculo vicioso, atrás de los hombres que me querían solamente para un polvo. Lo mío fue distinto, sí, todo sentimental, romántico, amoroso y desamoroso. ¿Qué esperabas? ¿Un auto y él (¿quién?) llevándote lejos; vos despatarrada en el asiento del copiloto acariciando el techo con la yema de los dedos? Nena, eso ya pasó. Y no sirvió de nada. La gente es así, es forra. Vos me dibujaste a la maldad hecha hippie, no te quejes ahora. Sí, lo dijo este chabón, Justin Timberlake, what comes around, goes around. Y creo que ya es hora de que abras un poco los ojos. Sé que venís reflexionando bastante, hace un mes más o menos que no hacés otra cosa que pensar. Yo también quisiera dejar de pensar, pero soy tu álter ego, lo que vos anhelás ser en el futuro. Ya existo. Y no soy nadie. Pero te quiero, me gustás, me caés bien; vos me conocés como a la palma de tu mano, sabés hasta la posición en la que duermo y en la que prefiero coger. Esto es una entrada de tu blog, vos sí existís, vos sos fetiche de la introspección y las adivinanzas. Vos querés ser de pocos, pero a la vez de bastantes. Estás en crisis, querés que llueva, que sea de noche, querés viajar, tirarte en el medio de la calle, mudarte, conocer gente nueva (ALGO EN LO QUE INVERTIR EL TIEMPO). Y podés hacer lo que quieras: podés conseguir un caramelo y podés cambiar el mundo (claro, mentalidad teníamos que tener la misma, ¿no? ¿Por qué yo no puedo ser de esas pesimistas que te dicen: “Nah, no vas a llegar a nada, piba, desistí”?). Pero tu poesía es muy querida, yo sé que además de esos lectores fieles hay algún que otro pasivo que te disfruta en silencio; o te odia y se ríe de vos ¿No es hermoso?
Si de algo sirve, yo también quiero que me quieras. Aunque no creo ser tu álter ego directo, me parece que soy más bien una ramificación de alguien más antiguo, más inicial, alguien como Eureka. ¿Te gustaría que venga, un rato? Y, pero si somos lo mismo, nena, no servís para crear personajes muy diversos. Son todos tu visión de lo perfecto, lo discontinuo y lo disfuncionalmente bizarro. Eureka era más infantil, más inmadura y más pensante a nivel mundo. Vos, ¿qué vendrías a ser?
Tené en claro que te queremos, la ficción te quiere, tu ficción te ama, por más precaria que sea, a tu literatura le enseñaste a amar y a sufrir. ¿Y no es acaso así como te ves vos; como alguien que busca afecto constantemente a través de distintos medios; como alguien que busca protección en los demás porque piensa que no puede cuidarse a sí misma pero sos más autosuficiente que una máquina? Vos te querés a vos misma, pero te enferma lo individual, el encierro, la quietud. Porque si vos pudieras, te perderías entre estos textos, te tirarías de cabeza a este mar de palabras, regocijándote en metáforas y personalidades que no existen y aún así, dialogan. Serías feliz acá y rogarías que no te encuentren nunca, nunca más.

17.10.12

#

Quiero aplastarte la cabeza,
quiero que llores y llores,
que te acuerdes de esto
y tengas ganas de amar.

Quiero estrujarte las alas,
quiero escupirte los ojos,
que te quedes solo
con ganas de amar.

Mi puño cerrado es odio
y amor que quiere ser libre.

Los días son y pasan
como un taladro
atravesando el cráneo.

Quiero quemarte el centro,
quiero que duermas con miedo,
que el hueco sea para vos
y tus ganas de amar.

Pero vos no servís para nada,
solamente para crecer
y amoldarte
a la estructura.

Mi puño cerrado fue amor,
fueron ganas de amar.
Que algo ciego funcione,
silencio, no hay nada, ya fue,
ahora es odio,
te odio
andate
de mí
andate...

Y yo sé
ya lo sé,
que en realidad
la verdad
es que vos
ya te fuiste
hace
rato.

13.10.12

Simetría

"Si se aborta la misión,
nos quedamos en pelotas."

Tu queja es el ave de rapiña.
Cómo rascás y te convencés
de que lo poco que te pertenece
ya no va a cambiar
por terceros.

¿Caminamos un poco?
Llueve pero no lo sentimos.
¿Por qué tenés la piel tan fría?
En nuestras gargantas, el grito del deseo.

Yo no tengo esa dulzura que otros buscan
Que vos encontrás en otras,
que no te importa,
que no me importa.

Vos tenés algo que yo no sé rotular
Que no encuentro en otros,
que no comprendo,
que no me importa.

Esperando un bondi que no existe
Que te tenés que ir,
que me tengo que ir
que no nos importa.

¿Nos sentamos un rato?
El apego es con moderación
¿Es que acaso somos invisibles?
En nuestras manos, el momento que pasa.

Tu presencia es el aire que se impregna.
Cómo somos y nos movemos
lo poco que construímos
podemos ser más,
si queremos.

11.10.12

Historia 2 - III

Cuando empezó mi jornada, todo el clima parecía una predicción de mi futuro. Y era un día como cualquier otro, bien septiembre, bien marcado. La mañana pacífica, el otoño cruzado de brazos en el cielo. Y digo esto por las nubes negras sobre las blancas. Digo esto porque a esas horas matutinas no se puede hacer mucho más que mirar el cielo. La gente no se detiene. Por lo general, es más cerca del mediodía y las tres de la tarde que más o menos se juntan algunas palomas a picotear o solamente vibrar el cuello de una forma esquizofrénica. Y eso me hace feliz, un poco. Pero ese día fue distinto.
Al bajar la vista, solamente podía ver las palomas revoloteando en otros sectores. Paloma: dícese de aquellos individuos/especímenes que visitan la feria. La diferencia se podía percibir, se olía, se palpaba en el aire. La diferencia era que Lila apareció con una gran sonrisa en la cara. Una gran sonrisa en la cara, pasos acelerados; se pasó a mi lado del puesto y me dio un beso tomándome el rostro con ambas manos.
-¿Qué onda?
-Consulté la fecha de mis vacaciones en el trabajo.
-Ah, ¿cuándo?
-Enero, Victor, primera quincena de enero.
-Uh, buenísimo, te podés venir con nosotros -mi entusiasmo no era el mismo porque ese día la venta había sido precaria.
-¡Sí, por eso!
Me abrazó y se excedió en ternura. Me ayudó a conseguir clientes de una forma muy extraña, muy old-school. Pero vendí. Más o menos.
Quiso estar todo el día conmigo, hasta cuando abrí la heladera para descorchar un tinto... Ah, claro, había que festejar. Había que festejar el hecho de que Lila se sumara a la prioridad, al plan, al viaje. Septiembre se terminaba de peinar y dejaba los hilos suspendidos para nosotros; para caminar por la cuerda floja del calor, para empujarnos a un romance innecesario, sellar de alguna forma lo que temíamos correría miles de peligros. Y ella estaba acostada a mi lado, despierta pero no por eso dejó de soñar.
-¿Y si esto es serio?
-¿Qué?
-¿No estaría bueno que sea serio?
-No sé hasta dónde llega tu seriedad.
-Eso se llama pánico.
-No, se llama ser libre.
-La libertad está intacta, Victor.
-Vos querés afecto asegurado y de alguna forma, legal.
-Es que sufrí tanto, y vos me hacés tanto bien...
-El sufrimiento ya está, vos podés ignorarlo.
-¿Con vos?
-Con quien quieras... -pensé un poco más -. Sí, conmigo.
Me abrazó y el sello fue así, bastante serio.
Pero los problemas vinieron en un rápido.

6.10.12

Máximo

Jungla
El cerezo
Caigo
El amor
Las garras
Del desamor
¿Y el engaño?
Permanece.
Jungla
Los besos
Frágil
El odio
No estás
No te quiero
No te necesito
más.

Y no me vengas con ningún versito,
que a mí la rima me repele.

5.10.12

Recreo 9

Plomo.
En el cuerpo, una esfera.
El dolor.

Si se pudiera observar el universo
extendiendo la palma de la mano
y proyectando
todo lo conocido
y así extraer
lo que nunca quisimos conocer,
desecharlo,
para que el dolor
y esa esfera
no estén más en tu cuerpo.

Si se pudiera.

3.10.12

Historia 2 - II



No fue fácil sumarla al grupo. Como amateurs de un Club de la Serpiente, nuestros debates eran mucho más reales, pero no por eso, más creíbles. Su Daniel no era una traba, el tipo no quería saber nada con ella y se notaba en sus testimonios, cuando empezó a venir más seguido a la feria con el único fin de conversar conmigo. El escape de un English man a un indio era demasiado plástico; pero las cosas de cuentos sencillos ocurren en la vida. Y sólo se llega a esa conclusión cuando se está solo, en el baño, reflexionando. Aún así, me llevó un mes y medio comentarle de mí, de mis cosas y básicamente del Viaje. Todo ese tiempo fue escuchar atenta o distraídamente sus idas y venidas, sus hombres, sus rasguños, su felicidad, su agonía y todo decorado con palabras dignas de una señorita porteña. En mi caso, las metáforas eran lo mío, y por eso mismo, aproveché el silencio del relato más actual en su acontecer para asomar la cabeza y pasar a mi historia.
No hubo mucho que contar, más que introducirla a los nombres de mis amigos de una forma disimulada y mencionar unas cinco veces: “Sí, pero bueno, ahora en unos meses viajamos y esperemos que todo cambie para bien.” En la quinta vez que lo dije, se le ocurrió preguntarme a dónde íbamos y con qué motivo y quiénes y cómo. Bingo. Vos te vas a venir conmigo, vas a ver. Y fue después de ese mes y medio que empezamos a salir, al principio solos, y el sexo nuevo y las charlas posteriores o el sueño. Después se me ocurrió llevarla a nuestra cueva. Si éramos un club, no éramos de un reptil precisamente… creo que éramos un muy buen mamífero, como un alce o búfalo o buey. Eso, algo así. La llevé y como los perfectos cavernícolas que éramos, la dejamos que se siente al lado de Rudy. Ella y Ernesto todavía no se demostraban afecto frente a nosotros, pero bien los habíamos visto a los besos, de lejos, mientras se compraban un trago en la barra del Nuevo Bar, uno puro rock y rock del bueno.
Hugo la dejó hablar al principio, pero no tardó en ventilar sus ideologías y arrojarlas como dardos en dirección a todos. Éramos una ronda en pequeños futones y luces medio rojas/amarillas. Éramos un grupo de cavernícolas alrededor de una fogata, definitivamente. La cerveza y los estupefacientes en el baño nos llevó a querernos a tal punto que Hugo tiró la iniciativa:
—Venite si querés, Lila. Hay lugar para uno más.
¿Lo había? El auto de Hugo era más o menos grande y nosotros éramos bastante bohemios, un bolsito pequeño cada uno y listo. Pero Lila era el costado burgués. Teníamos unas cinco semanas para transformarla y que se despojara de sus bienes materiales. Esa noche terminamos en lo de Ernesto, que injustamente se fue a dormir con Rudy y quedamos Hugo, Lila y yo. De algo teníamos que hablar.
—El mantenimiento del auto es un bardo, pero se puede, yo creo que tira.
—¿Tan emocionados están por irse?
—¿Qué te parece? –acoté yo –Nos estamos sofocando acá.
—Además, allá está nuestro futuro, la bola de cristal que nos asegura, bah, al menos a mí me asegura, que nos va a ir re bien.
—Gente realmente talentosa triunfando…
—Probando su suerte –corrigió Lila.
—Disculpame querida, pero nosotros vamos a triunfar –le amenazó Hugo.
Y eventualmente, ella se quiso ir a su casa cuando amaneció y yo la acompañé a una remisería. Yo tenía en claro que en el trayecto me iba a decir que Hugo no le caía bien, pero no me dijo nada. Porque ella también tenía en claro que Hugo era mi mejor amigo.