25.8.13

Inestables II

Mirá, yo no sé vos; no sé vos, Luismi de mi vida, no sé.
Afuera hace un frío que se te parrrte la cara, y acá no decimos nada.
A ver...: hace frío también acá, pero no nos quejamos al menos.
Porque yo pongo las manos en los bolsillos y santo remedio.
¿Qué me decías de esa plaza que está cerca de acá?
¡¿Pero vos estás ló...?!
Ni a palos me voy ahí ahora, son las dos de la mañana y afuera hace un frío que se te parrrte la columna.
Me contracturé de tanto encorvarme,
vos, ¿qué me decías de ese jueguito que para pasar de nivel tenías que morir?
Súper Karoshi algo así, ese.
Digo, no sé, quise entablar una conversación, no es mi culpa que el carrete sea así de pesado y el hilo así de finito, quiero hablar con vos.
Porque yo no sé vos, yo ya no sé, no sé vos, ni nadie,
pero afuera hace un frío que se te parrrte el alma y la gente anda igual
pero porque ellos tienen con qué, tienen corderito y tienen esa masa automovilística que se camufla con los 4ºC que hacen; tienen vasos térmicos en los que beben cosas a 60ºC.
Vos y yo tenemos esta cajita de fósforos La Fragata y este encendedor, mío, que lo pinté con esmalte para que se distinga de los demás, porque yo tengo como esa manía, ¿no? de customizar mis objetos para hacerlos míos y que se encarnen conmigo.
No me malinterpretés, pero lo masivo no va para mí, lo masivo es ese montón de polvo que se junta cuando barrés, mis objetos son esas basuritas que resaltan; un papel plateado, una envoltura de caramelo, una tapita de plástico. Cosas que a veces cuesta que suban a la palita o cosas que suben al toque. Pero el montón de polvo, eso, ¿qué es? Es todo lo mismo, toda una masa homogénea que no tiene sentido más que el de una unidad, única y totalmente clonable. Ya sé que no existe esa palabra, pero vos estás ahí que parece que tenés un cuervo atravesado en la garganta y solamente te veo un borde de la cara porque el resto te lo tapa esa capucha que flasheás verdugo.
Estamos re locos acá, pero el frío se agudiza, yo trato de minimizarlo, pero no pasa nada. Porque allá afuera hace un frío que se te parten las piernas. Yo un poco me la banco, creo.
Me la bancaría más si me dejaras sentarme al lado tuyo, ni que tuviera piojos, ni que te diera asco, loco, correte un cachito para allá, dejame descansar.
¿Te acordás cuando íbamos en bici hasta el puente ese y mirábamos todo? Hacía calor, sí.
Pero el frío no nos tiene que privar de mirar, no nos puede achicar la vista, ¿qué se cree ese pelón? nosotros nos queremos, creo, sí, todavía sí, ¿no? Ay, ya no sé, no sé vos, pero yo te quiero.
Afuera hace un frío que se te parte el alma y el cuerpo y sobre todo la psiquis.
No te voy a nombrar a todos los pelotudos que vi pasar, pero vos te parecés a uno.
Igual tranqui, que los besos te los sigo regalando.
Dame la manito, ¿qué te cuesta? La mano, nada más.
Ah, afuera hace tan poca vida.
Creo que la única manera de que sigamos vivos es mantenerse en el constante proceso, creativo, digo.
Pero no en el sueño, como ahora, ahora estamos vivos a duras penas, esto es un Edén vacío, me da la sensación.
En cambio vos estás ahí, como si el pucho fuera más rico que yo y como si la columna graffiteada fuese más interesante que las cosas hermosas que te digo.
No me hagas convertirme en ese yunque agrio que usás solamente para pasar un rato por lástima, quiero que hablemos, por favor.
¿Será que yo sé tan poco que a vos te molesta?
¿Será que perdí la chispa? No, si pinté el encendedor con esmalte. Y a vos te gustó, me lo piropeaste cuando te lo mostré, incluso me pediste uno igual, te dije que cuando lleguemos a casa.
Pasó una hora y yo la viví como diez milenios.
Creo que es porque tenés la boca seca. Si mal no recuerdo, me sobraba un chicle... Esperá que revuelvo en la mochila, debe andar por ahí... Si no es en el bolsillo chico, debe estar en el fondo, pero qué cantidad de basura que acumulo acá... Todo migas y papeles, ah mirá, creo que lo encontré... Aunque se aplastó un poquito. Tomá... no, yo no quiero, tomá.
Ya sé que no sirve, pero te estoy ofreciendo algo, porque te quiero.
¿Me dejás enredar las piernas con las tuyas? Para algo estamos juntos, para algo nos queremos, para algo salimos y terminamos en lugares donde no corre el viento.
A mí no me importan tus quilombos, si bien ahora también son míos.
No te preocupes, yo siempre hice mi mejor esfuerzo por hacerte sentir bien.
En realidad, no me esfuerzo al punto doloroso, me sale así, me sale como es, como soy, como sé.
Aunque ya no sé nada, porque tu silencio me hace perder grasa corporal y tener más frío.
Es como si se me fueran las fuerzas con el aliento.
Dame una seca.
Capaz si juntamos monedas podemos ir a otro lado.
Nos conocemos tan bien igual, sabemos que no nos vamos a mover.
Y por ejemplo, yo sé que todo esto es un teatrito.
Lo que te digo, un sueño.
¿Vos no tenías un amigo taxista?
Súper Karoshi, creo.
El frío si bien me achica la vista, me hace quererte más.
No por la cercanía, el calor transmitido y todo eso.
Aunque siempre tuviste las manos tibias y yo frías.
No digo que nos complementamos, digo que me gustás más porque te veo mejor cuando hace frío.
I'm not looking at your stupid house, I'm looking at you.
Ya no sé,
no sé vos, pero estaría bueno que explotemos, ahora.
Tipo, ser increíblemente inflamables y gastarnos La Fragata.
Qué sé yo, como para variar un poco, falta mucho para el verano.
¿Qué es lo que quiero más?
Me podés dar un beso, te lo voy a saber responder, creo.

Uf, pasó una hora y media.
¿Vos pensás irnos de día?


¿Cómo de día? Falta bocha.
Vamos a tu casa, no estamos tan lejos.

No sé, hagamos algo más que esto.
A veces siento que me vas a dejar.
A veces no, lo siento todo el tiempo.
A veces siento que está todo bien.
Y garchamos.
O no, capaz vemos una película y comemos porquerías y nos hablamos con la boca llena.
Hoy por ejemplo, ahora, yo dejé de saber absolutamente todo.
Y lo único que siento es que me vas a dejar cuando estaba todo bien.
Oh you're such a dramma queen
Exquisite, exquisite.
Chasquidos de dedos
y tu risa mostrando los dientes y tirando la cabeza para atrás.
Durmamos un ratito, intentemos dormir.

Good morning sunshine, son casi las cinco.
El mundo sigue igual, nosotros acá enmarañados.
Por favor, emprendamos viaje, a donde sea.
Vamos a tu casa, no estamos tan lejos.
Buóh...

Morning sunshine, es de día.
Y está nublado, ¿me querés?
Dale, levantate, te escribí un poemita, lo voy a subir al blog.
No, no soy nazi.
Tumblr me hace girar la cabeza 360º de la bronca.
Blogspot bueno, es blogspot.
Livejournal me da a gente que no coge nunca.
Vamos despacio, no nos apura nadie más que el frío.
Igual creo que el sol empuja bastante.
Mirá, sunshine.
Mirá, un rayito.
Como el auto de carreras de Bart.

Y vamos a encerrarnos de nuevo.
Esta vez arriba de tu cama o de las hornallas.
Ah, qué comodidad de la nobleza.
El calor me hace saber,
vos me hacés saber (y querer y etcétera),
estás ahí, sin verdugo style y revoleando la ropa a un costado del cuarto.
Entonces sé que está todo bien
por más que afuera haga un frío que se te parte la filosofía de vida.
Y los miles de pelotudos que pasan por día en sus masas automovilísticas envueltos en corderito y con bebidas calientes en el organismo.
Vos no me fallás nunca, seguís siendo el diario que viene todos los domingos a la casa de una familia de 4 miembros y desayunan todos juntos y son perfectos.

Al carajo todo lo demás, todo el afuera, nosotros somos perfectos
creo.

15.8.13

semáforos semanales

nos veíamos en horarios re tranquilos
el barrio dormido y el invierno yéndose
cuántas hojas pateamos sin querer
y cuántos metros nos alejamos del mundo

siempre un juego de manos ideológico
pero el debate abre camino a la caricia
el barrio dormido, pintado atrás

desvelados entre humo de pucho
sostenido por falanges rojas
y mis uñas cortas, llenas de padrastros

nos veíamos sin vernos
shining mágico tras gamulanes
y dos lobos agazapados
defectos-junco que no supimos recortar

me acuerdo cuando discutíamos
sobre lo tristes que son los semáforos en rojo
que no detienen a ningún auto
y ahora en esta silla
junto a esta pared
sé que fui la luz roja
que en amarillo enfermedad
se pudrió a verde y te dejó ir

si es que realmente alguna vez te detuvo
si es que me viste alguna vez de todos modos
si es que era cierto que venías por mi calle
si es que yo existo en verdad dentro del mundo.

8.8.13

Evan Malloy

En un principio la idea fue 2005
cuando El Pelado no nos llamó nunca más
y yo me vendí a una secta de fumadores pseudo sabios
Y qué carajo hacíamos ahí
o qué vivencias sacaríamos
más que una Mariel obnubilada
que se sacaba el sombrero.

En un 2009 lleno de modificaciones
y un pie en el ahora.
Me transformé en algo
que todavía no sé manipular.

Me debo a una excepción a la regla
a una etiqueta llena de pelusas azules en la parte adhesiva.
Y soy como una tumba para gato.

Y también está mi aventura
de dejar marcas.
Siendo mi ser, dejar una marca.

Así:
Metro cincuenta y tres,
cuarenta kilogramos
cejas prolijas
ojos grandes
nariz adecuada
dientes de roedor
orejas de primate
manos de anciano
pechos pequeños
ropa grande
y el pelo corto;
así y todo a veces me veo too damn cute.

Y te conozco a vos, a ella, a centenares de personas
mientras el tiempo transcurra y yo me escabulla
Los conozco y ahí estoy,
haciendo todo eso que hago
y que a muchos les gusta
y yo me siento feliz con poco
Los conozco y ahí estuve.
Haciendo mi mejor esfuerzo natural
por dejar una marca
así sea con fuego
o con hielo.
Así se borre con el tiempo
así yo no sea nada importante
y en verdad sea invisible para la mayoría,
existo.

Pero siempre mi cuerpo diminuto
duerme solo
in nobody's arms.
Y la marca me la hago yo misma
como para asegurarme de que al menos yo
no me voy a olvidar de mi existencia
y me quiero mucho
y lloro un poquito
y dejo una marca de sal
y sueño con un futuro de azúcar.

No me dejen desaparecer.