13.9.11

Sin título

The tap is leaking
My dreams are swinging on your brink
Whilst from a-bad-day's sewer
Your words get sucked... and filtered
Are you that human to make it hurt?

11.9.11

Estereotipo

El otro día...
Nos juntamos en uno de esos platitos metálicos donde ponen el maní en los bares. Y cuando nos levantamos, ah, llenos de sal. Y saludamos a Ernesto, escondido en la espuma de la cerveza. De repente Eduardo miró el reloj: "Fua, ya las tres y diecinueve." Caminamos por el cenicero de papel, guarda con el ruido, son de glacé plateado. Fue un puentecito medio dudoso lo que nos hizo resbalar y caer a la madera barnizada de esos bancos altos. Pero llegamos al piso, al fin. Costaba cruzar esa calle indecisa de sendas peatonales o pavimento, encima sin un mísero semáforo. Qué noches, las nuestras.

Salimos...
La puerta, es increíbe cómo esconde tantas cosas pero es bien transparente, medio acústica, viste esas esquinas doradas, nos escabullimos. Huele a ansiedad, a movimiento, a simultaneidad. Ahora sí la vida es vida, aunque siempre lo fue; ¿cómo dejaría de serlo? Es como ser uno y de repente ser autobiografía empolvada sobre una estantería oscura, donde no llega el ojo curioso. Eso no está bien, "es prácticamente primordial ensuciarse las manos y no arrepentirse de nada" dijo Esteban, y todos le hicimos caso, claro.

Llegamos...
Un rincón medio dudoso, pero el objetivo era único. "Somos auténticos... pero no somos únicos" dije yo, ustedes se rieron. Edilberto tardó en llegar. Pero igual lo aplaudimos con chasquidos. Edgar sacó el bongó. Edison, los papeles. Y todo sonó maravilloso, hacia donde fuimos, hasta donde llegamos. Tanto impulso natural, tanta celebridad poco conocida, tantos regresos prometidos que nunca se nos dieron, Elías...

Fuimos...
Ahora te cuento lo indispensable: dormí cerca de un mirlo. Pensé que era tu espíritu, pero luego recordé las palabras de Elvio "Elías no está, no, se fue bastante lejos, me enteré. Algo así como... Brujas." Ah, todos mis músculos de repente te extrañaron, escribieron la frase en mi lengua con frío que se instaló en la espalda. La valija estaba tan ahí, y yo la había visto. Ahora decime, ¿por qué no le presté atención? ¿Por qué en otro lugar, siempre?

Estamos...
Fui a esperarte a la estación. Y de ahí, nos fuimos al campo. Ah, qué tarde era, ese caminito, esos árboles que eran las espigas de trigo. Las estrellas, la noche, el cielo tan acuático y tenebroso. Y nos pertenecimos, Elías. Todos los demás eran otras cosas, otros nombres, otros rostros, otras noches; mías, ya sé que yo bailaba, pero era algo insulso. Un grupo de amigos, y un bongó. Figuritas repetidas de mi fin de semana. Pero vos no, no, vos no. Porque ahora te veo, te presto atención, la valija no está más, está en casa, nuestra casa. "No mires al piso, mis ojos están acá. Y mi amor por vos un poco más arriba, pero se toma unas pequeñas vacaciones acá, en el centro." Me dijiste. Te miré.

"Hola, Elías."
...Hoy.

3.9.11

Felicidad en un pasito:
Vivir