19.4.12

Maduro

Cálida se posa la mano sobre mi hombro,
se pasea y desciende y asciende,
sobre la ternura hecha beso.
Lentos los labios susurran y entrecortan las palabras porque "no hacen falta".

Si hay certeza de lo tenue,
si hay vacío por llenar;
yo me quedo en este hueco hasta que se callen las pieles.

"Se aproxima un invierno gélido, querida."

El tropiezo en la madera, al tanteo nebuloso.
Nos rodea un humo carmesí.
Mientras suelto una risita, y los cordones se enredan,
lenta la mano cálida en sorpresa dérmica.

Un futuro plumífero, querido.
Así de suave (así de gélido el invierno, querida).

Rasco en la superficie, la vibración en las pieles,
algo se derrite en un sabor conocido.
Sonidos,
nunca fui contra natura.
Mi cuerpo doblándose,
caricia,
cálida la mano lenta, suspiro.

Puente movedizo si lo hay,
la lengua como un vehículo.
Silencio y respiro,
natura,
no es amor.
Es otra cosa.
Bienvenida.

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