5.11.10

Una, dos, tres.

Tenés tres pecas en la cabeza.
Te las conté mientras te acercabas.
Lo comprobé con la mano, eran tres, tres.
Un día registrado y la suerte, suerte mala
que no sirve, está bien, es diferente.
Una polilla en mis ojos, ¿tan graciosa seré?
Ah, no, es aquella señora que camina extraño.
Mastico, mastico. Le chiclè y las palabras.
En busca de la belleza, lo vi. Lo vi, creeme, lo vi.
Aún sigue en mi mente esto de entrar en el cráneo;
pero ya no brilla tanto, marchito, sin lustrar.
Tenés tres pecas en la cabeza,
cadena frágil colgando al cuello.
El gris es tuyo, opacás el día.
Hace calor, debés creer que tenés arañas en el cerebro.
Apurado estaba el nene,
se acercó y se agachó.
Áspero costado, dulce y tierno.
Sos tan vos, tan vos, tan vos.
Dame un tema bien lentito,
una noche luz naranja,
un vasito de aguardiente
y manojo de llaves.
Me fui, individuo, me fui a donde estás
para encontrarte de nuevo
y contarte las pecas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

lo que sea que vayas a decir, gracias.