3.5.11

Subway

Sirve la destrucción para ahuyentar fantasmas azules de ciertas brisas frías que se llevan recuerdos, patinando sobre una pista de hielo, hielo, hielo. Muy azul. Y después te rodea una luz que vuelve tu cuerpo eléctrico y el frío te rodea los huesos, los abraza, de manera perpetua.
Y es de noche, y te cuesta caminar ya.
Alcanzá el snowflake, alcanzá mi mano.
Después, de tus ojos brotan dos manantiales que los fantasmas azules usaron en tu contra. Manantiales que patinaron sobre la pista de hielo muy azul. Qué feliz que te hace esa luminosidad rosada, alrededor de tu cuerpo, eléctrico. Tan perdido.
Alcanzá mi mano, rasgada en la oscuridad.
Envolveme en un silbido tibio. Escondidos de los fantasmas azules.
Yo seco tus manantiales. Me adhiero a la luz. Los brazos del Frío lentamente se sueltan. Y se desvanecen. Y ya no son nada. Tranquilo. Ahora perdidos los dos. Perdidos hasta no saber ver. Perdidos hasta no saber nada. Alcanzamos eso, una chispa entre capas negras. Y yo me acomodo, porque ahora somos nuestros, porque ahora ya no nos queda más que esto. Pero no nos importa, porque el frío se fue (o ya es parte de nosotros), los manantiales se secaron, la luz sigue encendida.
Y estamos tan bien así.

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