29.8.12

XVI

-Úrsula, ¿te parece, estar así? Me das pena, pero no sé... A veces me parezco mucho a una quinceañera vueltera. Pero no soy así siempre, eh.
-Por favor, dejame acompañarte.
-¿Hasta la puerta?
 -Hasta donde sea.
-Nena, no me hagas esto.
Caminé igual.
-Dale, en serio te digo, sabés que yo no tengo problema, pero los problemas no tardan en encontrar algún rincón para hacerse doler, abajo de una uña, entre los pliegues de los párpados o en el ventrículo izquierdo del corazón intangible. Dame una oportunidad para portarme bien, Úrsula, dame una cucharada del remedio ese, ese que te hace querer con moderación.
-Vos no me querés a mí.
-No, no en el sentido que vos creés (y hasta no sé si quisieras). Igual no te dejes confundir: vos no podés mandar en mi manera de querer. No podés elegir ni mucho menos pedir que te quiera. Yo nací antes que vos, yo entendí mejor el juego y me manejo mucho más rápido.
-Te manejás a tu manera.
-Mi manera es mejor que la tuya. Porque yo la pasé genial esa vez y ahora no necesito nada tuyo.
-Hace un rato luchabas con mi presencia.
Empezó a caminar para atrás, yo lo seguía. No era un juego ni mucho menos una imagen cinematográfica: era un desafío y un ring. Se pasó las manos por la cara, extendió los brazos al costado del cuerpo, se crucificó en el aire. Yo empecé a olfatear la humedad. No podía ser, pero era. Yo lo veía disfrutar tanto, reírse como un bufón bajo la máscara de lobo, tener la última carta para rasparme los nudillos o frotarla por la frente amplia. Fácil, cuatro dedos. Eso no lo declaraba inteligente, pero sí era astuto, hijodeputa y más. Yo no le insistí de ninguna forma, solamente caminé buscándole la cintura, porque me moría de ganas de abrazarlo, de darme cuenta que abajo de la remera azul había piel y huesos; caminé para ver qué pasaba, para no perderme ningún detalle de su show, el nene quiere que lo vean haciendo su monería. Así fue, se echó a correr, rodillas flexionadas, impulso y pegó el salto. Se colgó de un árbol, cantaba mientras tanto, cantaba en voz alta: yo caí del cielo para oírte gemir, nena, yo busqué la flecha, la tiré y la partí, contra una pared, nena; enamorado de una pared. ¿Enamorado dije...? Esperá...
Lo alcancé. Sus piernitas colgando frente a mí. Levanté la mirada, quieta, callada ahora. Se bajó de un salto.
-Te quiero, Úrsula.
Me abrazó como un tío borracho, se desprendió bailoteando y silbando. Me invitó a moverme con él, me tomó de la mano y me hizo girar. Cuando volví a verle la cara, me dio un beso. Me dio como quince besos hasta que llegamos a la casa. Abrió la puerta y me dejó pasar como si lo hubiéramos arreglado la semana anterior.Al llegar al caos, él se tendió sobre la montaña de ropa. Otra vez crucificado, pero por sus propias prendas, levantó la cabeza y me invitó. La crucifixión no era algo que a mí me gustara, ni siquiera la ficticia, no representaba nada, no simbolizaba nada. Me senté a su lado.
-No entiendo por qué seguís acá -me dijo.
-Ni yo.
-Sí que lo entendés, vos.
-Entonces vos también.
-Sí, lo otro te lo dije para al menos sueltes un poco todo.
-Todo ¿qué?
-No sé, todo lo que vos consideres 'todo'. Los remordimientos, la angustia, la bronca, la ropa, la piel... el amor bermellón que me tenés. Porque sé que me querés, aunque sea un poco. Al principio, medio que fue calentura, pero después te diste cuenta del insoportable/inevitablemente adorable jovencito que llevo dentro. Y ahí fue cuando caíste, reaccionaste antes de caer, supongo. Reaccionaste y analizaste los reflejos, el amortiguador. Pero así y todo, te diste la cabeza contra el piso. Pobrecita, Úrsula... -me acarició la cara.
Lo miré un largo rato, sin la posibilidad de mesurar su maldad. Lo tomé de las muñecas, le revisé los tatuajes zonzos. Le di un beso en el antebrazo. Fui subiendo hasta la mejilla.
-Mademoiselle... -dije.
-¿Sí? -se tapó la boca e inclinó la cabeza.
-Es usted una muy bella... -le dejé suspenso.
-Puta -concluyó.
-Exacto.
Cogimos arriba de la ropa.

2 comentarios:

  1. looks like an old "movie" i wrote





    looks like?
    this is way better








    good,
    you geniously writing / funny talking girl.

    ResponderEliminar
  2. don't you find a tiny connection between him and someone whose eyes hold a rainbow?
    -you're still reading, and so am I.

    ResponderEliminar

lo que sea que vayas a decir, gracias.